2 ago 2014

Juan Lario, aviador español en la Fuerza Aérea Soviética.

Piloto de la República Española formado en la URSS, 

     combatió en la Guerra Civil y luego durante la Segunda Guerra Mundial en la Fuerza Aérea Soviética. Tuvo un amplio y brillante historial, recogido en varios artículos y publicaciones, y en su libro "Habla un aviador de la República" (1973), que cuenta su experiencia bélica durante la contienda española. 
    Su historia es apasionante, testimonio directo y personal de dos de los mayores acontecimientos bélicos del S.XX 

Años juveniles. La Guerra de España.

     Juan Lario Sánchez nació en Madrid en 1918, hijo de un maestro albañil del popular barrio de Ventas. Tenía 13 años cuando se proclamó la II República española en abril de 1931.
     Estaba inmerso en sus estudios como Ingeniero Técnico de Caminos cuando el  levantamiento del 18 de julio de 1936. Como la mayoría de operarios y estudiantes de su barrio, se encuadra en las milicias populares del 4º Batallón de Juventudes de Las Ventas. Participa en los combates defensivos de la capital contra las tropas franquistas en la Sierra y la carretera de Burgos, alternando las trincheras con la vida de la retaguardia en la capital. Admiraba los combates aéreos sobre el cielo de Madrid, envidiando a esos pilotos que manejaban con pericia los Chatos, Moscas, Pavas o Fiats.
     A principios de 1937 participa en los combates de Aravaca y Pozuelo, donde es herido en un pie y una mano; trasladado convaleciente a Valencia, regresa en marzo a su unidad ya como sargento.

Su paso a la aviación.

   
Polikarpov I-5 Chato
 
En abril del mismo año el ejército republicano convoca plazas para la aviación. Juan Lario no duda en presentarse, superando las pruebas de acceso. Inicia las clases y la instrucción en el Monasterio de los Jerónimos y en Murcia, pasando el 22 de mayo a Barcelona, donde los miembros de la Segunda Promoción, de la que forma parte, son embarcados hacia Marsella, Odesa y finalmente en ferrocarril a Moscú. La Unión Soviética tenía preparado un programa específico para los aviadores de la República en la base aérea de Kirovabad, y a la Segunda Promoción les prepararon para volar en el Polikarpov I-15 "Chato". Tras unos meses de entrenamiento, y un periplo de regreso a través del continente europeo, regresa a Madrid el 31 de diciembre, demasiado tarde para asistir al sepelio de su padre, muerto el día 12. 

La primera promoción de Kirovabad

     Su primer destino le lleva a formar parte de la 4ª Escuadrilla de Chatos (con apenas 4 aviones), en Sabadell, bajo el mando del veterano piloto Ladislao Duarte. Para la batalla de Teruel se unen en El Toro y Barracas cuatro escuadrillas de Chatos, y sobre los cielos turolenses llegan los primeros enfrentamientos con los aviones alemanes y sus tácticas de vuelo. A lo largo de los meses de abril y mayo, esas escuadrillas de Chatos y Moscas se van retirando de Aragón a Cataluña, estacionándose finalmente en El Vendrell. En los días de mayo Juan Lario sufre un accidente y es hospitalizado en Barcelona. Ya repuesto, el 25 de ese mes es destinado al nuevo Grupo 28 en el aeródromo de Celrá. La escuadrilla estaba al mando del comandante Lacalle, formado con aviones Grumman FF-1, un biplano y biplaza armado con dos ametralladoras de 7,7 mm y capacidad para 6 bombas de 50 kilos. Tras los entrenamientos, Lario, dando prueba de su valía, es ascendido rápidamente a teniente.
Lario con miembros de su escuadrilla de aviones Grumman F-2


     El Grumman FF-1 "Delfín" era considerado un buen avión de asalto, equipado además con aparato de radio. En mayo y junio Lario participó en misiones de bombardeo, reconocimiento y ametrallamiento en distintos frentes, vigilando la costa de Valencia y Cartagena contra las incursiones de bombarderos fascistas provenientes de Mallorca; pero el "Delfín" no estaba bien adaptado como caza aéreo, con su punto débil en el techo de operatividad. Los alemanes e italianos podían bombardear Valencia sin apenas sufrir bajas.
     A lo largo del otoño de 1938 las escuadrillas se van retirando en Cataluña, hasta que cae Barcelona en manos de los nacionales, el 26 de enero de 1939. Las Fuerzas Aéreas Republicanas disponen todavía de 50 aparatos y algunos aeródromos, pero en medio de una gran desorganización y desánimo entre sus miembros. Finalmente, en febrero desde el último aeródromo de Villajuiga la escuadrilla de Lario emprende la retirada final hacia Francia. Recluído en el campo de concentración de Argelés, Juan Lario protagoniza al menos dos intentos de evasión, pero sin éxito. Es trasladado junto con un grupo de 50 aviadores al campo de Gurs (Pirineos Occidentales), donde finalmente consiguen de las autoridades francesas documentación y pasaporte para emigrar a la URSS. El 29 de mayo embarcan en Le Havre hacia la Unión Soviética.

Destino la URSS. La Gran Guerra Patria.

Lario con uniforme soviético
     Juan Lario y sus compañeros desembarcan en Leningrado el 7 de junio de 1939. Las autoridades soviéticas les dan la bienvenida y Lario es destinado a Járkov, donde tras un descanso consigue trabajo como delineante (su titulación civil) en una fábrica de maquinaria agrícola. A principios de 1941 solicita traslado a Moscú, donde realiza estudios de sociología. Allí le sorprende el ataque de Alemania a Rusia, la operación Barbarroja de junio. Tras la sorpresa inicial, los españoles republicanos enseguida solicitan integrarse en el Ejército Rojo, argumentando su experiencia militar en la Guerra Civil y sus conocimientos militares en la lucha contra los fascistas. En Moscú son reclutados y uniformados 150 españoles. Todos partieron a sus destinos de combate, excepto 3 pilotos, Domingo Bonilla, Antonio Arias y Juan Lario, encargados por las autoridades militares en la confección de un informe sobre los veteranos españoles de las Fuerzas Aéreas Republicanas que pudiesen encontrarse en territorio soviético. Al cabo de quince días comienzan a llegar los primeros incluídos en la relación del informe, afincados  en Moscú y otros puntos de la URSS. Se forma el núcleo original "de los Diecinueve", compuesto por 15 pilotos, un observador, un ametrallador-bombardero y 2 mecánicos.

"Guerrilla aérea" en los Urales y defensa de Moscú.

     El grupo realiza vuelos de entrenamiento con los entonces modernos cazas Yak-1 y Yak-7 en el aeródromo de Chékalov, cerca de Moscú. A finales de agosto los trasladan a la ciudad de Sverdlovsk, en plenos Montes Urales, para llevar un novedoso y sin precedentes programa de "guerrilla aérea", cuyo objetivo era engañar a los alemanes usando sus propios aviones para volar sobre su retaguardia y aeródromos sin levantar sospechas hasta el último momento, y también cooperar con los partisanos desde el aire. Se entrenaron con varios tipos de aviones alemanes: Ju-88, Do-217, Me-109 y Me-110 (conseguidos antes de la invasión nazi o traídos con sigilo desde el conficto civil español), aprendiendo y aplicando las tácticas de la Luftwaffe. Juan Lario pilota un Me-109, que le valió de valiosa experiencia para el futuro.
Me-109 capturado con la estrella roja
     La táctica de la guerrilla aérea, probada en varias ocasiones, no resultó positiva. Algunos accidentes causaron heridos graves, entre ellos el oficial soviético responsable del programa. Por ello y por la creciente amenaza alemana sobre la capital, en noviembre se dió carpetazo al programa de guerrilla aérea y los aviadores españoles fueron destinados al aeródromo de Bíkovo, a 30 km de Moscú. Los "Diecinueve" se encuadraron en la Iª Brigada Aérea Especial de Guardafronteras, dependiente del NKVD. Pilotando cazas rusos MIG-1 y Mig-3 participaron en la defensa del área moscovita hasta mayo de 1942. En junio se incorporaron a diversas unidades de cazas y de cazabombarderos, probando los nuevos MIG que podían llevar bajo las alas cohetes R-S Reaktiuni Snariad, capaces de reventar un panzer. A lo largo del verano se fueron incorporando más aviadores españoles al grupo: miembros de la Academia de Aviación que ya estaban en la URSS desde 1938, chicos muy jóvenes de la Cuarta Promoción de Kirovabad (de los niños refugiados de la Guerra Civil) y fugados o rescatados de las zonas ocupadas por los alemanes desde junio de 1941.

MIG-1
IL-2 con cohetes cazacarros











Grozny. Defensa del Cáucaso.


Yak 3 sobrevolando la URSS
    Juan Lario, junto con los pilotos de caza Francisco Paredes e Isidro Nájera son enviados a Grozny, para unirse a la 105 División Aérea Táctica, bajo el mando de aviadores rusos que habían combatido en España. Lario opera con un Yak-3 que le parece de similares características que los MIG, pero más ligero, con mayor maniobrabilidad y notable potencia de fuego. Su misión era ayudar en la defensa de la zona petrolífera del Cáucaso y Azerbaidjan. 



Stalingrado y de nuevo la "guerrilla aérea".


     Pero los acontecimientos bélicos se precipitan y nuestro protagonista es de nuevo llamado por el Estado Mayor de la Aviación de Caza a Moscú. Se le encomienda el mando de una escuadrilla con la que de inmediato parte al frente Noroeste, donde arranca la ofensiva soviética de octubre de 1942. Pero la crítica situación en Stalingrado paraliza dicho ataque, y nuevamente Juan Lario es trasladado, pasando a formar parte de la 105 División Aérea, en las proximidades de la urbe del Volga. Su unidad participa en el cierre del cerco sobre el 6º Ejército de Von Paulus, entre duros combates en los que dos compañeros españoles mueren derribados en acción.
Escuadrilla de YAK-9, potente caza soviético

  
  











    
   
Stukas sobre Stalingrado
 
El aviador español es puesto a los mando del nuevo y potente Yak-9, armado con dos ametralladoras de 13 mm y bien equipado contra el frío de los cielos rusos. Aparte de algunas misiones especiales, la función de su regimiento era 
colaborar con las unidades de tierra, defenderlas de la aviación enemiga y apoyar desde el aire las acciones de la infantería y los grupos blindados. La Luftwaffe era un enemigo temible, pero cada vez con menos aeronaves, sin 
apenas relevos, escaso combustible y con su personal de tierra mal preparado para el invierno de la estepa. Era el inicio del ocaso alemán.

    Entonces el mando aéreo ruso de la zona acuerda recuperar la idea de la "guerrila aérea", requiriendo a Lario por su experiencia en la misma. Utilizando aviones alemanes capturados, se forma una unidad para actuar de forma engañosa contra las formaciones enemigas y sus aeródromos. Incluso, aprovechando la cruz gamada en las alas, se llevaron a cabo espectaculares misiones de robo de aviones  en las propias narices de los alemanesLa unidad guerrillera también efectuaba vuelos de reconocimiento sobre zona alemana sin levantar sospechas. Bien es cierto que también daba lugar a situaciones de alto riesgo frente a los aviones soviéticos, y en más de una ocasión estuvieron a punto de ser derribados por sus propios camaradas. Otra táctica de la guerrilla aérea era la de colocarse en formación de escolta tras los JU-52 que se arriesgaban de noche para abastecer a los sitiados en Stalingrado, y aprovechar para ametrallarlos; un buen número de transportes alemanes fueron derribados de esa manera.
Los transportes JU-52 eran vitales para los cercados en Stalingrado

     A finales de diciembre de 1942 el mando ordena poner punto final a la experiencia guerrillera; ya no era necesaria dado que el colapso alemán era total y ya solo era cuestión de días la rendición del 6º Ejército. 

El avance hacia el oeste. Kurks, Ucrania, Polonia y Berlín. 


     Durante el imparable avance soviético hacia el oeste, Juan Lario tuvo la ocasión de probar los diferentes aviones aliados que iban llegando a las Fuerzas Aéreas Soviéticas gracias al programa de Préstamo y Arriendo. Se entrenó con los americanos Douglas A-20 Boston, Curtiss P-40 Kitty Hawk y los P-39 Aircobra, también con los Hurricanes y Spitfires Mk-IX ingleses.

     En los combates sobre Járkov comenzó a volar con el Spitfire, reconociendo más tarde haber sido el avión más maniobrable y noble que había pilotado, con una enorme potencia de fuego (2 cañones y 4 ametralladoras), pero con el defecto de tener un tren de aterrizaje demasiado estrecho. Sobre los aviones alemanes, Lario opinaba que el Focke Wulf 90 era el más temible.
Focke Wulf 190
     Desde julio de 1943 la succesión de frentes de guerra llevan a Juan Lario a volar sobre varios campos de batalla, combatiendo en el gran choque de blindados del saliente de Kursk. Luego irá progresando a lo largo de Ucrania, reconquistando Kiev. Desde 1944 avanza a través de Polonia, Lvov, Cracovia, Katowitz...
 
Convoy aprovisionamiento alemán atacado desde el aire, batalla de Kursk
     Ya en 1945, se detiene brevemente en Breslau, antes de llegar a Berlín. Los pilotos alemanes lucharon con tesón hasta el final con los escasos aviones que les quedaban, pero poco podían hacer ante oleadas de 2.000 aerovanes pilotadas por tripulaciones motivadas y con sed de victoria. El último combate aéreo de Juan Lario ocurrió el 30 de abril de 1945, sobre cielo berlinés a bordo de su Spirfire Mk-IX. El 7 de mayo Alemania firma la capitulación.

Juan Lario (izq.) con pilotos rusos delante de su Spitfire MK-IX

     
     Terminadas las hostilidades, su regimiento es estacionado en la localidad fronteriza de Gliwice, curiosamente donde Alemania provocó el incidente que prendió la mecha de la II Guerra Mundial, atacando Polonia el 1 de septiembre de 1939. 

Posguerra en la URSS y regreso a España.


     El apabullante historial de vuelo de Juan Lario es propio de un as de la aviación, teniendo en cuenta que las unidades en las que sirvió no eran propias de caza y derribo, sino de acompañamiento, escolta, apoyo a unidades de tierra, reconocimientos y tareas de retaguardia. Desde junio de 1941 hasta abril de 1945 su libro de servicios tiene anotados 2.660 vuelos, con 886 acciones de guerra y 97 combates aéreos, con 27 derribos certificados. El propio piloto reivindica 7 victorias más durante la Guerra Civil española. 

     Lario escribió que la fortuna volaba con él, ya que nunca fue derribado. La situación más dramática a la que se vió enfrentado ocurrió en Rusia cuando tuvo que efectuar un aterrizaje forzoso con su avión en medio de un campo de minas. 

  Al igual que otros pilotos españoles que combatieron por la Unión Soviética, recibió numerosas condecoraciones: una Orden de la Bandera Roja, 2 de la Estrella Roja, 2 de la Gran Guerra Patria y varias de campaña.
Condecoraciones soviéticas
     Permaneció en las filas de las Fuerzas Aéreas Soviéticas hasta 1948, cuando pasó a la vida civil. Dos años antes contrajo matrimonio con Maria Laurentivna, trabajando en Moscú y estudiando en la Universidad, en la cual se especializó como traductor técnico y cursó estudios de Ciencias Politicas y Económicas.

      En 1957 decide regresar a España con su mujer y dos hijas. El régimen franquista no pone ningún obstáculo al respecto. Sus conocimientos le facultan para poder trabajar en la fábrica ENASA de camiones “Pegaso” en Madrid, donde alcanzó el puesto de especialista en el Departamento de Relaciones Industriales. Paralelamente durante sus últimos 20 años escribe varios trabajos literarios, crónicas, artículos y libros sobre aviación y los dos conflictos en los que participó.   

Con el uniforme de Coronel de la Fuerza Aérea Española
   
     Ya en la época de la transición democrática, a mediados de los 70, el gobierno español le concede el grado de Coronel Retirado del Ejército del Aire, con permiso para vestir el uniforme. También participó en congresos del Comité de Veteranos de Guerra en Rusia.

     Juan Lario Sánchez falleció en Alcalá de Henares el 24 de junio de 2000, a los 82 años de edad; admirado por amigos veteranos de muchos años, fue un hombre íntegro que mantuvo sus ideales con honor, reconocido por historiadores y militares como un valeroso aviador de la familia aeronáutica española.





“Alas rojas, tenaces… jamás olvidareis los eventos,… orlados
con penas, triunfos,… sudor, cordita y vientos,… pero siempre, siempre juntos.
Cielos hispanos ardientes,… rasgados con nuestro filo,… lloraron sangre caliente,…
del contumaz enemigo. Aires del Guadarrama,… os impregnaron de rojo,… y
los cauces del Jarama, …blasonaron vuestro arrojo. Madrid, Guadalajara, el Norte,…
Brunete, Aragón, Levante, el Ebro,… batallas de altura y corte,… libradas con
honor y cerebro”. 

     Fragmentos poéticos que Juan Lario dedicó a sus compañeros republicanos caídos en las guerras de España y Rusia.
(fuente: Revista de la Historia Aeronáutica)